Nació en Granada, el 1 de septiembre de 1804, viuda y madre de dos hijos de corta edad, fue denunciada por haber bordado en una bandera la leyenda «Ley, Libertad, Igualdad» y acusada de pertenecer a una conspiración liberal. Al negarse a delatar a sus compañeros, Ramón de Pedrosa, miembro de la Chancillería de Granada (y según la leyenda, secretamente enamorado de ella), decretó su ingreso en prisión. En medio de las protestas de la población, fue juzgada y condenada a morir a garrote vil. La sentencia se ejecutó en el Campo del Triunfo de Granada, mientras la bandera que había bordado era quemada. Mariana se convirtió pronto en heroína y mártir de la causa liberal, hasta el punto de inspirar numerosas canciones. Federico García Lorca se basó en su historia para escribir la obra teatral Mariana Pineda.
Nacimiento y primeros años.
Desde su nacimiento su vida nunca fue de color de rosa. Su padre, Mariano de Pineda y Ramírez, capitán de navío de la Real Armada y caballero de la Orden de Calatrava, se enamoró de una criada al servicio de su familia, la joven María Dolores Muñoz y Bueno. Les fue imposible tomar nupcias por diferentes motivos, según las fuentes. Unas dicen que fue porque la ley impedía casamientos desiguales en la escala social. Otras que en aquella época todo militar necesitaba un permiso especial del rey para contraer matrimonio. Yo por mi parte añado que al ser la orden de calatrava de carácter religioso, a mi parecer algún impedimento más les pondría la iglesia, pero esto es solo suposición mía.
Su madre huyó del hogar paterno, lo cual dio lugar a un litigio entre ambos para recuperar la custodia. A la temprana muerte del padre, la hija se convirtió en su heredera universal y quedó bajo la tutela de su tío, José de Pineda, ciego de nacimiento. Al contraer matrimonio José de Pineda, la niña fue dada en adopción a José de Mesa y a Úrsula de la Presa, prósperos comerciantes, que la aceptaron como a su propia hija y la educaron en el Colegio de Niñas Nobles de Granada. Mariana nunca pudo recuperar su patrimonio. Este quedó bajo el control de su tía paterna.
Matrimonio y primeras colaboraciones con los liberales.
A los quince años, Mariana se casó con Manuel Peralta y Valte, un joven militar liberal que le transmitió sus ideales políticos. España vivía entonces una época convulsa, marcada por las guerras napoleónicas y la lucha entre absolutistas y liberales. Mariana se involucró activamente en la causa liberal, colaborando con sociedades secretas y prestando su casa como refugio para los perseguidos. Su marido murió en 1822, dejándola viuda con dos hijos pequeños.
Fernando VII juró la constitución de 1812(la pepa) pero el 1 de octubre de 1823, abolía la Constitución y era proclamado Fernando VII, rey absoluto, ayudado, como no, por las tropas francesas: los Cien Mil Hijos de San Luis. Se iniciaba entonces la llamada Década Ominosa, dando paso a uno de los períodos más sangrientos de la historia de España. Se condenaba a muerte a los que gritasen “¡Viva la Constitución!”, o “¡Viva la libertad!”. Fue entonces cuando se intensificó la actividad militante de Mariana de Pineda. En esta época ya estaba muy vigilada por la policía, que al efectuar un registro en su casa, encontró pruebas que la relacionaban con los exiliados de Gibraltar, lo cual dio lugar a su primer proceso.
El año 1828 fue fundamental en la vida de Mariana de Pineda. Entre los presos de la Casa y Corte de la Real Chancillería de Granada, se encontraban dos parientes de Mariana:
Pedro García de la Serrana, presbítero, y Fernando Álvarez de Sotomayor, de treinta y tres años, comandante de batallón. Condenado este último a muerte por su destacada actuación en la época constitucional, en 1823. Mariana, consciente de que solo su fuga lo librará del patíbulo, en sus visitas le introdujo ropas de religioso capuchino. Con este disfraz logró su salida, aprovechando la afluencia de sacerdotes y religiosos, de cualquier orden, que solían acompañar a los reos en sus últimas horas de vida.
Se puso precio a la cabeza del prófugo, pero la complicidad de las gentes que desoyeron los pregones que alertaban de su fuga y la ayuda que le prestaron hicieron posible que el preso lograse salir de España. La policía sospechó que Mariana era la artífice de la evasión, pero nada pudo probar. Mariana vivió sometida a estrecha vigilancia y persecución, hasta que a mediados de marzo de 1831, llegó a conocimiento de Ramón Pedrosa que Mariana había encargado a dos hermanas bordadoras la confección de una bandera constitucional, para un alzamiento en la ciudad.
Proceso a Mariana Pineda.
Ramón Pedrosa obligó a las hermanas a llevar a casa de Mariana la bandera y en ese momento se presentó la policía a hacer un registro. Yo pongo en duda que la propia Mariana encargara dicha bandera, era una mujer culta y llevaba años vigilada como para cometer tal torpeza. Me cuadra más que el propio Pedrosa urdiera este plan hastiado ya de perseguirla en vano y al más puro estilo de película de serie b americana tendió una trampa a nuestra heroína.
La bandera fue descubierta, en ella se leía“Libertad. Igualdad y Ley”. Mariana quedó detenida en su casa, bajo estricta vigilancia. Al cuarto día intentó fugarse y fue descubierta. Las consecuencias de la fracasada huida fueron inmediatas. Mariana fue recluida en el Convento- Cárcel de Santa María Egipcíaca. Fue condenada a muerte por garrote vil.
Pedrosa estaba autorizado a indultarla a cambio de que delatara a sus compañeros, pero la lealtad hecha silencio sería su gesto legendario. Mariana Pineda, de veintiséis años, fue ejecutada, el 26 de mayo de 1831.
Su muerte causó una gran conmoción e indignación entre los liberales, que la consideraron una mártir de la causa constitucional. Su figura inspiró a poetas, dramaturgos y pintores, que la retrataron como un ejemplo de coraje, dignidad y patriotismo. Hoy en día, Mariana de Pineda es recordada como una heroína que dio su vida por defender sus ideales y los derechos de todos los españoles.
Su vida fue corta, sus actos valientes y su legado eterno.