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Cada vez que viene gente de fuera, me doy cuenta de que cosas que damos por normales en nuestro día a día no lo son tanto. Hasta la forma de pedir un simple café varía según la zona a la que vayas. Aunque no sean barreras insalvables, no está de más ir preparado.
Desayuno tradicional malagueño.
Algo tan simple como la comida más importante del día puede ser muy diferente en una cafetería malagueña, pero no os preocupéis, que os daremos las directrices suficientes que os harán parecer todo un experto.
La forma de pedir el café en Málaga
La manera en la que pedimos el café en Málaga siempre es motivo de controversia, tanto para los que vienen de fuera como cuando somos nosotros los que viajamos. La tradición nos cuenta que fue el dueño del Café Central, cansado ya de que sus clientes no supieran cómo pedirle esta bebida, quien decidió crear un cartel con una lista de los tipos de cafés según la proporción de leche. Esta lista rápidamente fue asimilada por sus clientes, siendo tan buena idea que una empresa cafetera malagueña se encargó de hacer carteles promocionales de su marca con dicha idea, extendiendo esta costumbre por toda la provincia.
Pero los tiempos cambian y lo que hace tiempo era muy usado, hoy no lo es tanto.
Solo doble: Este es el que bebo yo, un vaso de caña lleno de café. Para que sea solo doble debe ser doble carga. No largo de agua, eso es el típico americano o el que bebemos los catetos en casa, más parecido a una infusión que a un café al uso. Este café más suave lo llamamos de pucherete, pero no es comercial. En Colombia y Ecuador lo llaman tinto y es lo mismo.
Solo pequeño: Este es otro de mis preferidos. Si el solo doble lo consumo en el desayuno, este es para después de una copiosa comida. Este café con nombre de niño perdido os podría parecer que es el típico de toda la península y así lo creía yo, pero no. De hecho, cuando en Barcelona pedí un solo y me trajeron un buchito de café cortito, le dije al camarero: “Te pedí un solo, no solo el vaso”. Aquí un solo es un vaso pequeño lleno de café.
El crema: Este sí que puede ser el solo que tomáis el resto de los mortales, más parecido al expreso italiano. Llamado crema por la característica capa de crema de café en su parte superior.
El mitad: Lo que para vosotros es un café con leche de toda la vida, aquí se llama mitad y no es por capricho, ya que todos los demás cafés que no son solos también llevan leche. Entonces, lo lógico es llamar mitad al café que lleva mitad leche, mitad bebida de los dioses.
El cortado: Este es igual en todos lados, el típico cortado de toda la vida que se puede pedir pequeño o doble.
Sombra: Este es, con la nube, de los que más controversia generan. Un sombra es un 80 % leche y un 20 % café. Muy típico pedirlo por aquellas personas poco cafeteras o por los que les afecta la cafeína.
Nube: Este directamente lo toman aquellos a los que no les gusta el café y creo que tampoco la leche. Sería un 10 % café y un 90 % leche.
Hay muchos otros cafés en el cartel original, pero lo cierto es que no son muy utilizados hoy en día. Os he puesto los esenciales. Lo mismo vas a una cafetería y le pides un entrecorto y se ríen de ti.
¿Y la comida?
A la hora de pedir un bocadillo para el desayuno en Málaga, el producto estrella es el pitufo. Sí, habéis escuchado bien, el pitufo, y no me refiero a la genial creación francobelga, sino a un tipo de pan que está a medio camino entre la pulga y la viena. Una proporción justa para no hartarte ni quedarte con hambre, aunque es cierto, que en ocasiones, depende del local donde lo pidas.
Fue creado en la Panificadora Mateo Luque, fundada en 1964. Esta tradicional panadería aún sigue abierta, regentada por su hijo.
La idea era producir un panecillo para los niños, de tamaño más pequeño que una viena, con una masa más suave y con dos cortes transversales. Inicialmente, se comercializó como “bollito de viena”.
Posteriormente, para promocionarlo, utilizaron un cartel luminoso con un pitufo. En el cartel, el pitufo sostenía uno de los bollitos de viena en su mano, y así se hizo famoso popularmente como pitufo.
Ya sabemos que todo lo que triunfa con el tiempo se copia. No tardaron mucho las demás panaderías en reproducir la idea, extendiéndose por el resto de la provincia al igual que pasó con el café.
Tipos de pitufos comunes
Pitufo mixto: Mantequilla, jamón cocido y queso. Calentito para que todo se funda. Si no quieres mantequilla o quieres aceite, especifícalo.
Pitufo catalana: Este es muy típico. Algo que mis amigos catalanes parece que creen es que el pan sale del horno con el tomate ya refregado y no, no es así. Aquí se pide una catalana. La original lleva aceite, tomate refregado y jamón serrano, pero puedes pedirla de jamón cocido o queso manchego.
Pitufo de bacon completo: Todo lo que lleve el apellido completo lleva tomate, lechuga, cebolla, mayonesa y queso. Si no quieres, solo pide bacon y queso o bacon con mayonesa.
Pitufo pepito o serranito: El pepito es común casi mundialmente ya. El serranito hace años no era conocido, pero quién no conoce hoy en día este bocadillo de pimientos, lomo y jamón serrano (si lleva tomate no es un serranito) del cual se disputan la autoría Sevilla y Ronda.
Camino a la feria del centro de Málaga: Próxima parada calle Larios
Ya bien desayunados, nos encaminamos a la feria del centro, mi preferida. En ella se engalanan las calles más castizas de la ciudad y se crea una suerte de mega rave flamenca con múltiples barras y puestos donde comprar bebidas y cantidad de sombreados para disfrutar del gentío y el baile.
Una maravilla totalmente democrática donde puede acudir todo el que quiera (no como otras y no miro a nadie).
Con el paso de las horas, el olor a meadito caliente será proporcional a la cogorza que lleves, por lo que no te importará tanto. Un amigo mío de Sevilla que acude a la cita año tras año la califica como ir a la guerra y bueno, no es que haya más líos de los comunes en cualquier fiesta, pero el ambiente llega a ser tan extremo que parece que entres en la melé de una batalla clásica. Lo que la hace aún más divertida, la verdad.
En esta fase solo os daré un consejo que sin duda os repetirán una y otra vez. ¡Cuidado con el cartojal!
Este vinito fino de gusto agradable entra como el agua bien fresquita después de un par de horas cavando en el huerto. El problema es que no avisa, es de efecto retardado y cuando te des cuenta de la pelotera que te está entrando en la cabeza ya será tarde. Sobre todo a las muchachas que se compran el típico vasito para llevar colgado al cuello, ¡cuidado! Esto es un genial reclamo para romper el hielo y los chavales suelen comprar botellas para llenaros el vasito a vuestro paso, rompiendo así de una manera sencilla el miedo que les provoca la timidez. (Yo he comprado botellas y no he probado ni una gota en mi juventud, no es machismo, es realidad).
Mejor, a mi juicio, es alternarlo con el típico cubalitro de rebujito que refresca más, está igual de bueno y al llevar azúcar y burbujitas por lo que avisa antes. De todas formas, haréis lo que os dé la gana, pero el que previene no es traidor.
No apuréis el centro que os queda el Real
Del centro hay que irse pronto o meterte en algún pub y quedarte ahí. No deambuléis ya por las calles cuando vaya cayendo el sol, además las brigadas de basureros arramblan con todo y dejan las calles listas para el día siguiente.
El Real por el día tiene muy buen ambiente y si eres estudiante o simplemente miras por tu cartera, puedes encontrar casetas en las que por unos pocos euros comes paella y bebes cerveza (en ocasiones por 1 euro plato y bebida).
Totalmente recomendable si quieres vivir una feria más parecida a la sevillana, pero con la diferencia de que en esta sí te dejan entrar a las casetas que quieras (un palito a la candela). Si vas con niños, es la mejor opción.
La noche me confunde
La feria se divide en dos partes, los cacharritos y la zona de fiesta donde también hay cacharritos pero de los de ron con Coca-Cola. La primera es una zona de feria común, pero a lo bestia.
Ahí montan atracciones que nunca han sido vistas en el Tívoli (parque de atracciones tradicional de Benalmádena). Por tener, tienen hasta atracciones de agua, ¡flipa!, que no sé yo si este año se llenarán con el sudor de los que acuden a la feria o las lágrimas de los hortelanos que ven cómo secan sus cultivos, porque en los embalses de la provincia las ranas van con cantimploras ya.
En la zona de fiesta encontrarás diferentes casetas de distintas temáticas, desde flamencas hasta bachateras, y muchas de las discotecas y pubs más famosos de la ciudad tienen su réplica en caseta para aprovechar el tirón. Actuaciones en directo en algunas de ellas y mucha fiesta.
Solo una recomendación: no vayáis a la caseta de la juventud por nada del mundo. Si vuestro hijo está allí, dejadlo, él ya está perdido. Evidentemente, esto es una exageración, pero no está de más evitarla porque históricamente suelen pasar cositas allí, nada especial, lo típico. No sé cómo será este año, pero bueno.
Guía de frases y dichos típicos para no quedarte alobao
Hay muchas, muchísimas, pero tan solo os pondré las más comunes.
- Estar alobao o cuajado: Quedarte atontado o que no sabes de qué va la película.
- Eso está to perita: Cuando algo es muy bueno o te ha gustado. Viene de perita en dulce.
- Es canela en rama o simplemente está canela: Expresión utilizada para indicar que algo es muy bueno.
- Quedarse pajarito: Tener mucho frío o estar muerto. Por ejemplo, si hago eso me quedo pajarito = si hago eso me muero.
- Ser un encogío: Ser un tacaño.
- Fó, vieo, nove y novea: Se usan para acentuar lo que viene a continuación y sobre todo llamar la atención del interlocutor.
- Ser un papafrita: Se refiere a una persona que es ‘tonta’. Si te dicen de qué vas papafrita después puede venir un illo illo illo.
- Illo: Se usa para referirse a ti.
- Illo illo: Ten cuidado, tío.
- Illo illo illo: Eso significa, tío, mira para allá que hay una pelea o simplemente pelea.
- ¿Te alargo?: No te emociones, Torrebruno, solo te están diciendo que si te llevan a casa o a algún otro lugar.
- Maharón: Loco, pero no en plan guay, sino loco de malito, de no estar bien de verdad. Digamos que es una forma despectiva de decirte loco.
- Potaero: Algo mal hecho. Ejemplo: nove que portá más potaera.
- Portañica: Cremallera del pantalón (si la llevas abierta).
- Tener bulla: Tener prisa.
- Pechá, jarta, un huevo: Mucho. Muchísimo, demasiado.
- Una mijita: Un poquito.
- Merdellón: Básicamente del francés merde de gens, mierda de gente, herencia de la ocupación francesa y su forma de referirse a los malagueños. Se dice de quien es poco educado, escandaloso, etc.
- Percal: Situación incómoda. Vamos a entrar a ver el percal que hay. Vaya percal, vámonos.
- Apalancao: Estar cómodo en un sitio, sin ganas de moverse. Yo no voy al real que estoy apalancao.
- Aplatanao: No tener ganas de nada. Fo, estoy to aplatanao, no voy a la feria hoy.
- Empanao: Estar dormido o despistado, no enterarse de lo que ocurre. Illo, que estás empanao, vamos a pedir un rebujito que te anime.
- Esmallao: Tener mucha hambre. Vamos a por una papa que estoy esmallao.
- Lacio: Estar sin fuerzas, sin ánimo. Hace tanta caló que estoy lacio perdío.
- Guarnío: Estar muy cansado o dolorido. Estoy guarnío de tanta feria.
Entonces te puedes encontrar con el siguiente diálogo:
- Illo, vamos a ir a la feria hoy.
- No sé, es que novea el terralazo que hace, ayer me quedé lacio y to, además pillé una tajá muy gorda y estoy to aplatanao. Lo mismo me quedo apalancao aquí en la casa.
- Venga ya, illo, no seas maharón, vente un rato y después yo te alargo a tu casa.
- ¿Va tu hermana?
- Illo, illo, déjate de rollos con la familia. Además, tú eres un papafrita y mi hermana está de rollo con el churumbel.
- Fo, qué percal, bueno, po me acerco contigo, pero solo al centro que es más pera, que anoche en el real me quedé pajarito.
En verdad el malagueño está to pera y no me extraña que en ocasiones no entendáis ni papa. A mí no me molesta cuando se habla de subtítulos porque al hacerlo se reconoce que tenemos nuestra propia identidad que nos hace diferentes.
Para terminar, reponer fuerzas
Os recomiendo la típica papa rellena de todo lo que puedas comer o el campero que en sus variedades es parecido al pitufo, pero más contundente y con un pan típico que puede parecer muy grande si eres de poco comer. La variedad de camperos y papas es tan grande como la imaginación del que os lo venda.
Papa asada de la feria.
Camperito bueno matacogorzas.
Para terminar, unos churros con chocolate que le dan sabor dulce y aceitoso a la pota que seguramente largarás un rato después cuando ya en tu cama parezca que aún sigues subido en la atracción de la olla.
Los churros se comen a partir de las 6 de la mañana; si lo haces antes, eres un pureta.
En definitiva, si todo Musulmán debe peregrinar a La Meca una vez en su vida, todo fiestero que se precie debe ir a la feria de Málaga al menos cinco veces en su vida. La primera no vale porque eres de cascarilla; es mejor ir con la experiencia adquirida, que de seguro lo pasarás mejor. Sobre todo, disfrutad, conoced gente nueva y huid de los conflictos.
Como siempre espero que este artículo en clave de humor no ofenda a nadie, pues no es esa mi intención.
Un saludo y muchas gracias por leerme.
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