Esta poesía habla de cómo una enfermedad te puede cambiar la vida, espero que os guste:
No soy poeta ni lo pretendo, tampoco profeta y mucho lo siento. No es clarividencia sino tino y sabiendo lo que para ti significa he de decir el sabido destino. Que tu profesión dignificas. Que por un dolor repentino has de dejar tu sustento. Tú que ya eres veterano y no te pilla de improviso, que naciste esclavo de ti mismo. Otra vez vuelves a filas en esta lucha de verano que te hiere sin aviso. Qué cruel jugada del destino. Asclepio te tiende la mano y la parca cruza tu camino.
¿Quién era Asclepio?
Asclepio era el dios de la medicina y la curación en la mitología griega. Era hijo de Apolo y de la mortal Coronis, y fue educado por el centauro Quirón.
Tenía el don de la curación y conocía muy bien las plantas medicinales. También podía resucitar a los muertos, lo que provocó la ira de Zeus, que lo mató con un rayo.
Asclepio fue venerado en varios santuarios, siendo el más importante el de Epidauro. Sus atributos eran un bastón con una serpiente enrollada y una copa.
Su familia también estaba relacionada con la medicina: su esposa Epíone calmaba el dolor, sus hijas Higía y Panacea representaban la prevención y el tratamiento, y sus hijos Macaón y Podalirio eran protectores de los médicos y los cirujanos. Los romanos adoptaron el culto a Asclepio bajo el nombre de Esculapio.