María Pita, la heroína de La Coruña que defendió su ciudad del ataque de Francis Drake en 1589.
María Pita era una mujer corriente que vivía en La Coruña a finales del siglo XVI. Estaba casada con un soldado y tenía cuatro hijos. Su vida transcurría entre las labores domésticas y el cuidado de su familia. Pero todo cambió cuando el 4 de mayo de 1589 una flota inglesa de más de 150 barcos y 23.000 hombres desembarcó en la costa gallega con intención de saquear y arrasar la ciudad.
Contexto histórico
Los ingleses venían con sed de venganza después de que la Grande y Felicísima Armada Española hubiera intentado invadir Inglaterra el año anterior. Corría el año 1589 y ahora Isabel I, con su corsario Francis Drake a la cabeza, se disponía a poner en jaque a su enemigo Felipe II. No solo iba a devolverle la «visita» a sus tierras, sino que se disponía a arrebatarle la corona portuguesa que el rey Prudente se había apropiado en 1580 aduciendo razones dinásticas. Junto a Drake viajaba don Antonio, prior de Crato, nieto de Manuel I de Portugal, que reclamaba para sí el trono que entonces ostentaba su primo lejano Felipe II.
Hazaña por la que será reconocida por siempre:
La Coruña movilizó a hombres, mujeres y niños que se atrincheraron en la plaza. En un primer momento, las mujeres ejercían labores de apoyo y aprovisionamiento a las tropas, pero la situación desesperada en la que derivó el asedio obligó a todos sus habitantes a luchar contra el enemigo. Cuando las fuerzas empezaban a disminuir y el ánimo de los coruñeses se desvanecía, María Pita mató al alférez inglés que arengo a los suyos subiendo por las ruinas de la muralla para tomar el sitio y le arrebató su bandera. Dicen algunos que fue por la rabia sentida tras la muerte de su segundo marido en pleno asedio que María agarró una lanza, un arcabuz o un cuchillo, según las versiones, y terminó con su vida.
María Pita se erigió entonces en abanderada de los suyos al grito de “Quien tenga honra que me siga”. Convertida en heroína, continuó luchando hasta que los ingleses se retiraron de sus costas y pusieron rumbo a Lisboa, donde tampoco conseguirían su objetivo de destronar del trono luso a Felipe II.
Reconocimiento y vida tras la guerra
El valor de María Pita fue reconocido por el rey, quien le concedió una pensión y le fue dado el título de “soldado aventajado”. El mismo año del asedio en el que había perdido a su segundo marido, María volvió a casarse por tercera vez, esta vez con un capitán de infantería con quien tuvo otra hija. Y de nuevo volvió a quedarse viuda, en 1595. Cuatro años después se casó por cuarta vez con un funcionario de la Real Audiencia, de quien enviudó en 1613. Desde entonces, María no volvió a casarse por expreso deseo de su último marido, quien puso como condición para que su esposa pudiera gozar de su herencia.
María Pita murió en 1643 a los 82 años, dejando tras de sí una estela de valor y coraje que aún hoy perdura en la memoria colectiva. Su nombre está inscrito en el escudo de La Coruña y una estatua suya preside la plaza mayor donde tuvo lugar su gesta.
Un fin muy diferente al que tuvo la historia de Inés de Ben la cual también lucho en el mismo asedio, pero sus esfuerzos no fueron reconocidos como os contaré próximamente.
Espero que os haya gustado el primer capítulo de esta serie y muchas gracias por leerme.