Hace algún tiempo vi la publicación de un ilustrador que solicitaba ayuda para nombrar a su creación. Esta, era un árbol tenebroso sumido en la penumbra y en sus ramas crecían todo tipo de calaveras y seres de ultratumba, en el suelo quedaba una máscara tirada y un hombre se alejaba de aquella escena, una obra realmente espeluznante.

 Al verla, me puse a pensar en que me evocaba a mí y después de comentar seguí dándole una vuelta más al tema. Se me ocurrió que podría ser una metáfora de una enfermedad mental superada o incluso una adicción que dejas atrás.

La máscara sería aquella que se ponen los pacientes, está que hacen que se vean de una forma diferente a como son normalmente, el árbol lúgubre es donde fructifican los malos pensamientos. Tú eres el único que puede tirar la máscara y dejar de consumir los frutos que te ofrece ese árbol. La cosecha de mi inspiración es este poema, espero que os guste:

Ya tiré esa máscara,

no seré quien la recoja.

Allí quedó la cáscara,

seguro se le antoja

buscar otro que la porte.

Que cuide a ese árbol  

que a su juicio desnorte.

 De oscuros desvelos 

están llenas sus ramas.

Inalcanzables anhelos

que pudrirán su alma.

Allí quedó todo roto,

no volví la vista atrás, 

no vuelvo a ser devoto

de ese árbol de satanás
Categorías: Poesía

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