Ante la situación de mi país por los hechos políticos actuales, no puedo quedarme indiferente mientras la sociedad se vuelve a desgarrar, siempre por las mismas causas. Estas causas no son otras que los intereses políticos de unos y otros partidos; al final, todos son iguales y defienden la realidad que convenga a sus intereses.

Lo que más me preocupa actualmente es la proliferación de lo que me gusta llamar ‘mentes colmena’ que actúan justificando las tropelías que cometen las personas, partidos políticos o equipos de fútbol, afines a su causa. Usemos nuestro pensamiento crítico, señores. Si el partido al que has votado comete una injusticia o ilegalidad calamitosa, como han cometido todos en algún momento, tu deber como ciudadano es denunciarlo.

Principalmente, la política es muy prolífica en estos casos, que no logro entender y que creo que nadie logra hacerlo, salvo aquellos palmeros que evidentemente se benefician de algún modo de que gobierne uno u otro. Tenemos que aprender que el voto no se da, se presta. Es la única herramienta que le queda al ciudadano para reprender a los representantes del estado hasta que, quizás, la eliminen por el bien de la convivencia.

Yo, hace ya tiempo que desconfío de todos en general porque no nos engañemos, vivimos en una oligarquía partitocrática que se justifica entre sí.

Siguiendo con el tema anterior, haré crítica sobre todo de aquellas personas que justifican las vergüenzas de su partido con los delitos del contrario. Algo que a mi juicio pasa del cinismo a la repugnancia, puesto que es como si se justificara que violen a una mujer porque su hermano hizo lo propio a una pariente cercana del agresor, delirante, ¿no?

En definitiva, es lo mismo. Si somos contrarios a la pena de muerte en delincuentes tales como asesinos, pederastas y violadores, ¿cómo vamos a justificar los robos con más robos? Además, la carencia de dinero genera muertes y esto lo sabemos todos, ya sea por bajos presupuestos para sanidad como por desahucios y pérdidas de ahorros. Como pasó en la crisis anterior y si no me creen, miren las tasas de suicidio. Antes de que me acusen de demagogo, os dejo la siguiente información.

Según este artículo de Europa Press que en 2020 se hacía eco de un estudio del grupo de los Verdes en la Eurocámara.

https://www.europapress.es/economia/fiscal-00347/noticia-espana-pierde-mas-90000-millones-ano-corrupcion-cuarto-pais-mas-ue-estudio-20181207135440.html

España pierde 90.000 millones de euros en corrupción al año. Mira tú por dónde, tienen razón los catalanes para estar enfadados, pero no solo ellos, el resto de España también. Lo único que debemos hacer es cambiar el foco hacia donde vertimos nuestro enfado. Esto significa que cada español pierde una cifra cercana a los 2000 euros al año para sufragar los vicios de otros, que si lo dividimos entre la población activa, serían unos 3700 euros por cada trabajador. ¡Ojo! Tened muy presente que esta cantidad tan solo se refiere a la corrupción o lo que es lo mismo, que los presupuestos generales seguirían recibiendo la misma cantidad de dinero efectivo del que reciben actualmente.

Lo que quiero expresar con esto es que tanto las políticas sociales como económicas quedarían cubiertas del mismo modo con mucho menos gasto. De nuevo, por poner un ejemplo, según datos que recoge el estudio, los 90.000 millones de euros suponen cuatro veces las ayudas destinadas a los parados, más del 90% del presupuesto para salud al año, que se eleva a 98.500 millones, o el 88% del gasto destinado a pensiones (102.500 millones).

La cifra es también 295 veces la cantidad que el Gobierno gasta para vivienda, once veces el presupuesto para política familiar y ayudas a menores (7.900 millones) y tres veces más que el presupuesto destinado a dependencia y ayudas por enfermedad (26.600 millones).

Datos correspondientes al artículo de Europa Press del año 2020, antes mencionado.

¿Qué pasó en el pasado?

En España, esta situación no es nueva, a la ruptura de la sociedad me refiero. Parece que se repitiera la historia. Entre 1834 y 1936, hubo cuatro guerras civiles: las tres guerras carlistas de 1833, 1846 y 1872, más la guerra civil de 1936 y esto solo hablando de la península. Aunque no hablaré de los paralelismos con el siglo pasado, sí os dejaré estos podcasts para que podáis acceder a una información independiente por vuestros propios medios.

¿Pero qué hicieron aquellos que una vez enfrentaron a las dos Españas mientras el pueblo moría en las guerras?

 La respuesta a esto es sencilla, gran parte de los instigadores de los conflictos en la península de los últimos 200 años se exiliaron. Sí, abandonaron a su suerte a aquellos que los siguieron con los ojos cerrados. ¿Os suena algún caso cercano en el tiempo? Igualmente, os invito a que busquéis por vosotros mismos y os hagáis una idea propia de lo que os comento.

En otro artículo os hablaré de las diferentes amnistías que hubo en España en los últimos 100 años, al menos, para que entendáis mejor lo que quiero decir y que mi postura no es contra un partido o un sector de la población en concreto, es contraria a este sistema adulterado.

Lo único que pretendo es la unión total de todos los ciudadanos españoles, y más si cabe hispanos, en contra de las injusticias. En definitiva, dicen que la amnistía provocará una dictadura, pero esto no es cierto, tan solo es una desaceleración de la democracia. Digámoslo así, nuestros derechos están experimentando un crecimiento negativo…

A continuación, os dejo una poesía que habla de todo esto. Espero que os guste:

Suenan ruidos de sables, 
Y la sociedad no los escucha. 
Permitan que este cateto les hable
de aquella antigua lucha.

Lucha de poderes parecidos,
de ideales muy loables. 
Parece que cayó en el olvido
que a ninguno fue rentable.

La derecha y la izquierda, 
La izquierda y la derecha, 
Rompen el estado, 
Enfrentando a ciudadanos.
Es menester que recuerden
 que una mano lava otra mano.

¡Abran los ojos, hijos de España!
 Que los enemigos no son otros
 que aquellos que tocan las palmas.

Para convivir no necesitamos pactos,
 ni ayudas exageradas,
 tan solo que no excedan los gastos
 de esa cámara que siempre falla.

Y da igual quién la dirija,
Luces rojas, sobres y pagas vitalicias.
Poco les importa lo que cobres
o que se cometan injusticias.

Y no diré más lindezas 
de casos impagados, 
Solo que parece que interesa
Que siempre estemos peleados.

Templemos entre todos, 
cómo podamos el ambiente,
que no quiero que mi gente
se vea metida en el fango 
que impregnó nuestro pasado.

¡Que no, señores, que no quiero! 
Que mis hijos tengan los ojos
 ¡Que tenía mi pobre abuelo!

Aquellos ojos hundidos
que muchas veces
Lloraban sin sentido
por el eco de los gritos
de aquella triste guerra.

Que su legado prevalezca,
que se abrazaron como hermanos
y levantaron nuestra tierra
sin pan que llevarse a la boca,
tan solo la sopa de piedras.

La bota asoma de nuevo 
con ganas de pisarnos el cuello.
Dejen de tirarse mierda,
que esta pelea es tan antigua
Que no se sabe quién empezó primero.
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